Llevo una semana sin parar de recibir felicitaciones. Algunos amigos me han llamado sólo para decirme: "¡felicidades!". Y tras unos segundos de pensar qué día era, y no encontrar ninguna respuesta que explicara tanta efusividad, terminé por preguntar por qué. "Por la operación", fue la respuesta.
Yo sigo en mi línea de evitar a toda costa falsas esperanzas, más por proteger a los demás que por mí misma. En el fondo, claro, estoy ilusionada con la perspectiva. Tengo ccsvi, y al fin me he confesado a mí misma que si el médico no hubiera encontrado nada, hubiese sido una decepción. Tampoco quiero engañar a nadie: es inevitable tener expectativas. Pero no quiero que mi familia las tenga demasiado altas. Una vez más me preparo para la caida antes de que se produzca, por si acaso, para hacerme menos daño. Y si no me caigo, mejor. En esta ocasión, el hecho de que otros se puedan caer conmigo me preocupa.
Pero el entusiasmo es contagioso. Yo estoy convencida de que sea cual sea el efecto que la venoplastia tenga en la evolución de mi esclerosis múltiple, que hoy yo esté pensando si algo "funcionará" o no en mi caso ya es todo un éxito. Algo que hasta hace más o menos un año, me parecía algo muy lejano en el tiempo. ¡Es toda una revolución!
De todas formas, lucho por no dejarme arrastrar demasiado por la corriente de entusiasmo, por seguir teniendo los pies en la tierra. Así que pido a mis amigos, a mi familia, que frenen... sólo por protegerlos. Y sé que probablemente me equivoco, porque es la primera vez que hay una esperanza real, pero no puedo evitarlo, a la vez que les agradezco su apoyo, que se emocionen conmigo, que vivan cada novedad como si fueran ellos los enfermos.
Eso sí, sólo pido que frenen... porque yo no me bajo, eso lo tengo muy claro :)
Estamos pendientes.
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