La semana pasada visité a mi médico para ver una resonancia magnética. Lo que me contó me dejó bastante tocada... según él, la mayor parte de mis placas están situadas en zonas que afectan a la memoria y la concentración. Me preguntó qué tal me las apaño en el trabajo y dio por sentado que no estoy bien del todo en este sentido.
Para mí, que hasta ahora sólo me preocupaba si puedo mover la pierna, si necesito una muleta, o si soy capaz de andar una determinada distancia, fue un jarro de agua fria. Alguna amiga me dijo que el médico tiene muy poco tacto... no sería la primera vez que por intentar marcar distancias un neurólogo es.. digamos que un poco bruto.
Pero en este caso yo hago una lectura diferente. Este doctor sabe que en alguna ocasión me he saltado alguna inyección. No sé si era su objetivo, pero desde luego que ahora cada vez que me planteo si la dejo para mañana, me lo pienso. Y suelo terminar por no dejarla. Así que no sé si era su intención... pero en este caso, casi le agradezco el mal rato que me hizo pasar.
Por cierto, lo he pensado y si realmente tengo afectada la memoria, antes debía ser un elefante :)
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