lunes, 26 de marzo de 2012

Vivir en un videojuego

Nunca se me había ocurrido, pero hace poco un amigo me dijo que mi foma de afrontar la calle le recuerda a un videojuego. Yo no soy muy aficionada a los videojuegos, pero hace poco regalaron a mi novio una aventura gráfica, Zelda, y no pude evitar acordarme de la princesa aventurera.

Me pareció una buena imagen: siempre identifico los obstáculos, trato de buscar el mejor camino, en el que pierda menos energía y que me lleve antes a mi objetivo. Cuando estoy al límite de mis fuerzas, puedo recuperar "vidas" en un banco o una cafetería. "Escaneo" el entorno para hacerme una idea de las ventajas y desventajas que ofrece, y preparo una estrategia para superarlo en las mejores condiciones posibles. Por supuesto, es importantísimo tener localizado el baño, que puede ayudarme a superar una etapa en caso de que las cosas se compliquen (supongo que me entendéis). En resumen: quiero llegar a mi meta con el mínimo desgaste posible y evitando el mayor número posible de "trampas".

A veces, en mi videojuego real también hay malos: villanos en forma de personas con poco tacto que pasan a tu lado dándote un golpe, niños maleducados que no se apartan aunque vean una muleta, señoras mayores que piensan que sólo por su edad están peor que tú. Y también hay que buscar la forma de superarlos.

Una idea, la de los videojuegos, que coincidió en el tiempo con una noticia relacionada con videoconsolas y esclerosis múltiple. La Fundación Vasca de esclerosis múltiple ha puesto en marcha una interesante iniciativa: un centro de rehabilitación virtual a través de Kinect, el dispositivo la X-box que hace de tu cuerpo el mando de la consola, reconociendo sus movimientos.

Incluyo un vídeo que aunque es un poco lento explica las posibilidades del sistema y permite hacerse una idea de en qué consiste.




Parece que de momento se plantea como una serie de ejercicios para realizar con un fisioterapeuta; sería interesante que los pacientes pudieran hacerlo en casa. Si alguno me leéis desde el País Vasco, informaos; tiene buena pinta.

Y para los que no vivimos en el País Vasco, ni tenemos la X-box, la terapia también tiene una aplicación... la lectura de que hay que moverse, dentro de la posibilidades de cada uno, y no abandonarse. Yo he estado estudiando varios meses y sin hacer casi nada de ejercicio, y lo noto un montón. Esta semana he empezado de nuevo a ponerme en forma, ya os contaré mis avances.