martes, 3 de mayo de 2011

"De las redes sociales a los ensayos clínicos"

Interesante artículo en el periódico El Mundo, publicado este lunes. Hacen referencia a la ccsvi, aunque me llama la atención que se centren sólo en Canadá, y la forma en la que lo abordan. Quizá querais dejar un comentario al artículo (quiero decir en el periódico, aquí ya sabeis que podeis hacerlo cuando querais).

Pepe, va por tí; tu blog es un referente para el movimiento en internet sobre la ccsvi en español. Sólo el hecho de que el periódico online más leido en nuestro idioma decida escribir un artículo sobre este tema ya es un pequeño triunfo.

martes, 26 de abril de 2011

Mójate... por la ccsvi

Muchos de vosotros habreis oido hablar de la campañana "mójate por la esclerosis múltiple", que se celebra todos los años. Yo ahora os propongo que os mojeis, pero por otra causa: la ccsvi. Sé que a muchos de los que leeis este blog os interesa... así que por qué no poner nuestro granito de arena para que siga evolucionando?

Zamboni y su equipo está iniciando el estudio clínico “BRAVE DREAMS” para evaluar la eficacia y la seguridad de la intervención de la CCSVI en pacientes con EM. De momento, este estudio no tiene la financiación asegurada al 100%... pero es posible hacer donaciones particulares a través de internet, con el sistema Pay-Pal, que es cómodo y seguro.

Brave Dreams significa sueños valientes...  ¡vamos a serlo, hay que ser ambiciosos con lo que se sueña!

Yo creo que si sois de los que creen en la teoría de la ccsvi, o al menos creeis que puede significar algo para que en el futuro se entienda mejor la eclerosis múltiple, apoyar el Brave Dreams es de lo más coherente. Muchos ya hemos puesto nuestro granito de arena alzando la voz, y no está de más que vayamos un poco más lejos si de verdad queremos que se investigue a fondo este tema. Granito a granito quizá (¡ojalá!) logremos construir una montaña.


http://bravedreams.ccsvi-sm.org/es

domingo, 10 de abril de 2011

¿Y tú qué comes?

El otro día hablé por seguda vez con una familiar de un amigo mío, que tiene esclerosis múltiple y se está planteando hacerse las pruebas para ver si tiene ccsvi. Como es lógico, me bombardeó con preguntas: por qué confié en la ccsvi, qué hizo que siguiera ese camino y no otros de los llamados "alternativos" en relación a la esclerosis múltiple, detalles sobre la operación (cuánto tarda, si duele, si me pusieron stents, el postoperatorio...) y claro, el resultado tras la cirugía.

Después me preguntó cómo estoy, y me contó alguna cosa sobre su estado. Ella lleva diagnosticada más o menos el mismo tiempo que yo (casi dieciocho años), pero su evolución ha sido mucho peor. De hecho, me dio la impresión de que le costaba articular bien las palabras, pero teniendo en cuenta que era una conversación por teléfono entre una suiza y una española que hablaban en inglés, tampoco estoy segura. Pero quizá por eso, o porque no me la esperaba, no entendí a la primera la pregunta: ¿tú qué comes?

Sé que hay muchas teorías sobre dietas para la esclerosis múltiple. Hace muchos años pregunté por ellas a mi neurólogo, y su respuesta fue la que cabía esperar: "come de todo, variado". Eso ya lo sabía yo, y es lo que hago, aunque con el paso de los años y mi interés por la información he ido construyendo una serie de teorías y hábitos.

Siempre se ha dicho que somos lo que comemos, y estoy convencida de que la dieta influye sobre todos los aspectos de nuestra vida, también en nuestro estado de ánimo.Dentro de lo posible, contrasto mis decisiones, primero leyendo sobre ello, y después enfrentándolas con la lógica: ¿me hace algún mal? ¿Puede hacer algún bien?

Así, poco a poco, he ido cambiando algunas cosas: tomo mucho más pescado que antes, sobre todo pescado azul, y mucha menos carne, aunque no la he desterrado de la dieta. Intento comer más fruta, y a mis dos pastillitas de cada mañana relacionadas con la esclerosis múltiple (una contra la urgencia urinaria y otra contra la rigidez muscular) he agregado levadura de ceveza, magnesio, aceite de onagra y extracto de arándano. En algunos casos ya casi ni recuerdo el razonamiento que me llevó a empezar a tomarlas, pero la verdad es que me sientan bien. También he empezado a tomar leche de soja y he procuro no sobrecargar mi organismo de hierro.

Hace poco ví una película que de repente me recomendaron dos personas a la vez, qué casualidad, porque no es una película nueva. Las dos personas me dijeron que se habían acordado mucho de mí al verla. Se llama "el aceite de Lorenzo"*, y cuenta la historia real de un niño normal al que de la noche a la mañana le diagnistican una enfermedad rara, complicada y que le provoca una desmielinización agresiva e imparable. No es esclerosis múltiple, pero las etapas iniciales de la historia de Lorenzo a mí también me recordaron a mi propio paso por hospitales infantiles (y otras tantas cosas), y la lucha de los padres del niño me recordó mucho a lo poco que yo pude percibir, o que he conocido después, sobre la batalla particular que emprendieron mis propios padres.

¿Por qué os cuento todo esto? Sin ánimos de estropearos la película, por si la quereis ver (os la recomiendo), me pareció un ejemplo increíble de hasta qué punto puede influir la dieta en nuestra salud, incluso en enfermedades complicadísimas, a pesar de que muchos médicos sigan negándolo, quizá pensando que nos hacen un favor al no alentar falsas esperanzas. Pero yo no veo nada de falso en ello.


*Lorenzo's oil, con Susan Sarandon, Nick Nolte y Peter Ustinov.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Lo siento

Siento la larga desaparición, estas últimas semanas han sido complicadas. Nada relacionado con la salud, aunque en el caso de una enfermedad como la esclerosis múltiple todo está relacionado con la salud, sobre todo el estrés y el cansancio.

Hace unos días leí un artículo que hablaba de la fatiga del bloguero. No ha sido mi caso, este blog me sirve como vía de escape, de comunicación con muchas personas interesantes de las que tengo tanto que aprender y con tantas experiencias que compartir. La verdad que menos fatiga del bloguero, he tenido la de todo lo demás: fatiga de que trabaja mucho, fatiga de gimnasio, fatiga de clases, fatiga de opositor, fatiga de viajes por trabajo, fatiga de entrevistas de empleo. Todo eso se me ha juntado en las últimas semanas, llevando mi cansancio mental a niveles que no recordaba, casi de bloqueo.

Que conste que digo cansancio mental. Creo que después de la operación de ccsvi mi cansancio es distinto, sin duda alguna no se trata del mismo de antes. Esta vez ha sido mi mente, aunque mi cuerpo ha tenido dos días (sólo dos) en los que no me ha acompañado, pero el cansancio ligado al este estrés ha estado únicamente en mi cabeza. Es difícil de explicar a quien no haya sentido nunca esa fatiga producida por la esclerosis múltiple, en la que el cuerpo se rinde, el sueño te invade y lo único que te apetece es fundirte con el sofá o la cama. Pesan las piernas y los brazos, pesa la cabeza y hasta los párpados. Bueno, pues en un periodo tan ajetreado como el que acabo de pasar, no me he sentido así. Antes bastaba un día de trabajo intenso para que llegara a casa como si me hubieran dado una paliza.

Para seguir con las buenas noticias, os cuento que hace tres días que estoy especialmente bien. ¡Me parece increíble! Si a eso le sumo que en Bruselas hace sol, pero no calor, tengo la sensación de que la vida me sonríe. Tengo la impresión de que empieza una nueva etapa, y quiero compartirla con vosotros. Os he echado de menos.

lunes, 21 de febrero de 2011

Y llegó la revisión

Ya os conté al operarme de ccsvi que el médico me había citado a las diez semanas para una revisión y ver si las venas seguían abiertas o se habían vuelto a estrechar. Pues ya hace diez semanas, y esta mañaa he ido a ver al médico, que después de explicarme con calma todo lo que encontró durante la operación, me ha hecho un ultrasonido del cuello.Y todo está bien, la sangre fluye y no es necesario repetir la operación.

Una buena noticia, claro, aunque si os soy sincera una parte de mí hubiera esperado que una de las dos venas se hubiese vuelto a cerrar, con lo que pretendía encontrar una explicación a mi falta de avances "espectaculares". Pero es lo qe hay, el médico me ha repetido que espera que la enfermedad se haya parado y me ha enseñado algunas fotos de la operación, en las que se veía claramente el balón que utilizaron y mi cráneo.

Me ha contado que exploraron la ázigos y la femoral en busca de más estenosis, y que estaban bien, aunque en la ázigos mi torrente sanguíneo era escaso. Cuando le hepreguntado si eso es malo me ha dicho que en principio no, pero que la verdad es que aún no se sabe mucho de esa vena.

También le he preguntado si mis mareos de hace poco se podrían explicar por la operación, dice que en principio no, porque ya había pasado un mes desde que me corrigieron la estenosis de las venas, aunque también me ha contado que no soy la primera que le dice que había estado mareada.

Me ha llamado la atención que aunque ya sabía que la vena yugular izquierda estaba fatal, casi cerrada, parece ser que en la derecha tenía tres estenosis consecutivas, una moderada y dos severas.

También me ha hablado de la teorís de la cama inclinada, porque yo le he preguntado, y su respuesta ha sido (literalmente) que si "creo" en la teoría de la ccsvi entonces también tiene sentido levantar el cabecero de la cama. "Pero no mucho, tres centímetros o así", me advirtió, porque tampoco es bueno para la circulación de las piernas.Una doctora que estaba a su lado ha dicho medio en broma medio en serio que deberíamos dormir como una "V", con la cabeca y las piernas arriba. ¡Me parece que los cirujanos vasculares se olvidan a veces de la espalda!

Y eso es todo, con el desapasionamiento propio de un buen flamenco (de Flandes, claro, no flamenco y olé), me ha dicho que si no me encuentro mal no tenemos por qué volver a vernos. He pagado la consulta, y a casa, pero no sé si poner el "fin" a la historia... además de que aún hay que seguir descubriendo cómo evoluciona mi esclerosis múltiple a partir de ahora, ya os contaré, porque una amiga mía italiana, la que me descubrió a Zamboni y la ccsvi, es partidaria de que vaya a Italia a que me chequeen de nuevo. Yo de momento cierro este capítulo, esta tarde hablaré con ella a ver qué me cuenta, pero esta tarde necesito desconectar.

lunes, 14 de febrero de 2011

San Valentín para la reflexión

Nunca he celebrado San Valentín, al menos no con regalos y flores... mi novio siempre dice que todos los días son San Valentín, y en realidad es lo mejor. Sin embargo, no quiero dejar que termine el día del amor sin rendir homenaje a todas esas personas que me apoyan, día tras día, cuando la vida se pone un poco cuesta arriba.

Ya he hablado de mi novio, pero también tengo que acordarme de mi madre, mi padre, mi hermano, familiares, amigos... cada uno es especial en su papel, y a todos debería haberles mandado hoy una rosa, porque los quiero. Para agradecerles su amor incondicional que me levanta cuando me dejo caer, me sostiene cuando no puedo más, me da ánimos cuando la causa parece perdida. Por su paciencia sin límites ante los "no puedo" de mis días derrotistas. Por intentar hacerme creer que el paseo ha sido larguísimo, y que es normal que me canse, y decirme que pare cuando quiero abarcar demasiado, o animarme cuando me vence el abatimiento.

Porque, como ya dije hace tiempo en otra entrada, elegís la esclerosis múltiple a través de mí. 

No sé si sois conscientes de lo importantes que sois para mí. Cuando digo que "a pesar de todo, me siento privilegiada", gran parte de la frase os la debo a vosotros. Gracias de corazón.

martes, 8 de febrero de 2011

¿Debería enfadarme?

Hola a todos, hoy quiero contaros lo que pasó tras llamar al médico el lunes... sobre todo lo que me ha pasado a mí, porque la verdad es que la reacción del neurólogo me sorprende bastante.

En primer lugar, estoy bien. Ya no me duele la cabeza y el mareo ha ido bajando en intensidad, hoy casi no ha hecho acto de presencia. Es posible que ya os hayais dado cuenta de que soy poco dada a alarmismos, una actitud que me parece buena pero que, por otra parte, no fuerzo en absoluto. Soy así, y punto. Pero el domingo estaba preocupada, sobre todo por la reacción de la neuróloga que me sigue cuando me trato con Tysabri (como os contaba el otro día).

Lo que no me parece tan bueno es que un médico sea poco dado a las alarmas. Hay que alarmarse ante los síntomas, y si luego no son importantes, mejor... por querer quitarle importancia a un dolor de tripa hace algo más de un año, me diagnosticaron estreñimiento cuando tenía peritonitis. Y casi me muero. Desde entonces mi doctora de cabecera me dice que me queje más, hasta que me hagan caso.

A lo que iba: mi neurólogo es el jefe del equipo en el hospital que me trata en Bélgica, y la doctora que me sigue cuando me ponen el Tysabri es de su unidad, pero como es evidente no es él. Así que por un lado ella se inquieta por el dolor de cabeza y por otro él me hace sentirme como si fuera una exagerada. El lunes le llamé, hablé con su enfermera, le expliqué todo y ella me dijo que el doctor me llamaría en cuanto pudiera. Eso fue a las nueve y media de la mañana.

A las dos del medio día, mientras estaba comiendo, llamó al fin. Me hizo bastantes preguntas, sobre todo insistió mucho en si los mareos eran constantes y si variaban de intensidad. Y que cuánto tiempo llevo con el Tysabri. Le conté que no eran constantes y que creía que estaba algo menos mareada que durante el fin de semana. Eso fue suficiente para que el doctor pensara que se me estaba pasando, que no pasaba nada. "Pues si sigues igual en unos días o te mareas más fuerte, nos llamas", y conversación zanjada.

No es que piense que estuviera equivocado (como os digo, hoy estoy casi al 100%, dentro de lo posible). Lo que me mosquea es que ante una posibilidad de algo tan grave como una LMP, un médico sea capaz de dar carpetazo al tema por teléfono, y encima haciéndome sentir como si fuera una loca. De verdad que no lo soy, pero me hubiera parecido más normal que quisiera verme y por lo menos darme la palmadita en el hombro de verdad, no verbalmente.

¿Qué opinais?

Por cierto, gracias a todos los que habeis compartido conmigo la inquietud. Sois un gran apoyo.

sábado, 5 de febrero de 2011

¡Qué mala cabeza!

Llevo una temporada que no me encuentro muy bien, tengo bastantes dolores de cabeza y muchas veces estoy mareada. Es algo que ya me pasaba antes de la operación de ccsvi, pero la verdad es que me había hecho ilusiones de que desapareciera.

Así que llevo bastantes días alejada del blog, y de los ordenadores en la medida de lo posible. Más allá del trabajo, guardando las distancias. Es un fastidio, sobre todo el mareo, pero no lo relaciono con la esclerosis múltiple, simplemente hay personas que les pasa, y yo tengo la mala suerte de que se me junten las dos cosas.

Eso hasta el martes pasado, cuando la neuróloga que me sigue cuando me ponen el Tysabri frunció el ceño más de la cuenta cuando le hablé de mis mareos y dolores de cabeza. "Si el lunes sigues igual, nos llamas". Ninguna mención a los consabidos posibles efectos secundarios de la medicación, pero la idea se podía casi leer en el aire. Mi primer impuso es pensar que no puede ser, que es un mareo o una migraña y punto, ¡que sólo llevo cinco meses con el Tysabri! y mi médico me dijo que en los primeros dos años no se dan casos de LMP, la temida leucoencefalopatía multifocal progresiva.

¿O me dijo "casi nunca" se dan? No estoy preocupada, pero la situación no me hace gracia, como es evidente. Ya es sábado y sigo más o menos igual, con menos dolor de cabeza pero con más mareos. Quizá simplemente estoy incubando una gripe, o un catarro, pero la preocupación de la doctora me dio una bofetada de realidad. El Tysabri funciona muy bien, es una liberación en muchos sentidos... pero la sombra de la LMP es alargada.

Ya os contaré si al final el lunes tengo que llamar al médico. De momento, parece que sí.

domingo, 23 de enero de 2011

Instituto de belleza ccsvi, ¿dígame?

Me vais a permitir que hoy sea un poco más superficial y os cuente algunos cambios que he observado después de la operación, completamente inesperados y hasta cierto punto banales... pero mejoras al fin y al cabo.

Resulta que, al menos en dos sentidos, la intervención de ccsvi ha supuesto para mí mejoras "estéticas". Lo pongo entre comillas porque sin duda alguna ambas están relacionadas con la circulación, que no es ninguna tontería... pero lo que os voy a contar sí lo es.

Resulta que tengo menos ojeras. ¡De verdad! Soy una persona más bien ojerosa, no sólo cuando estoy cansada, también tengo ojeras nada más levantarme. O debo decir tenía... ¡os aseguro que han bajado mucho! La gente no para de decirme que tengo muy buena cara. Ya sé que como me canso menos y estoy contenta tengo mejor cara... ¡pero el tema de las ojeras es fundamental, de verdad!

La segunda mejora está aún más claramente relacionada con la circulación. Hasta ahora, cuando me depilaba (lo hago yo en casa con una maquinita), las piernas se me quedaban enrojecidas y llenas de manchas blancas. Mi madre siempre me decía que eso era por malla circulación... y ahora ya no me pasa, sólo se me quedan marcados durante un ratito, como es lógico, los pequeños puntitos en los que antes había un pelo, que claro, como soy humana el hecho de sacarlo de un tirón deja al poro un poco "malherido".

Y por último, como ya me habíais dicho en algún comentario, alguna pequeña venita que tengo marcada en la pierna (vamos, que se ve moradita a través de la piel), se está difuminando.

Así que ¡todo son ventajas! Más energía, mejor equilibrio, algo mejor las urgencias urinarias... ¡y encima un tratamiento de belleza!

Disculpad el giro frívolo de hoy... pero no dejan de ser cambios, indicadores de que algo no iba bien y está empezando a volver donde debía estar. Espero seguir contándoos mejoras más serias en mis siguientes entradas.. cosas que, por supuesto, son mucho más importantes para mí que unas ojeras, ¡pero ojalá os diga algún día que me he puesto unos tacones! (Parece que no tengo remedio).

martes, 18 de enero de 2011

Toca hacer balance

Hoy me siento tentada a hacer balance del útimo año. Mañana cumplo 31 años (aún se me hace extraña la cifra), y me ha venido a la mente cómo estaba el año pasado por estas fechas. La diferencia es abismal: estoy mucho mejor.

Tampoco quiero engañar a nadie: el año pasado, justo el día de mi cumpleaños, me dieron el alta después de tres meses de baja médica, una baja que aunque no tuvo nada que ver con la esclerosis múltipe supuso un punto y aparte en la evolución de mi enfermedad. Por culpa de un fallo de diagnóstico, una apendicitis se convirtió en una peritonitis que casi termina conmigo (y desgraciadamente no estoy exagerando). Cuando al fin me dieron el alta, había perdido mucho peso... y gran parte de mi autonomía. Desde entonces todo ha sido una carrera de obstáculos, una lucha contracorriente en la que, además, se cruzó en verano un fuerte brote de la esclerosis múltiple.

Poco después iban a ocurrir dos cosas que cambiaron la caída en picado de mi estado hasta una leve subida, primero, y un ascenso a toda máquina, ahora.

Estas dos cosas fueron el cambio de medicación, de Rebif 44 a Tysabri, y la operación. No voy a negar que desde la primera vez que me pusieron el Tysabri, mejoré. Pero tampoco que, desde que me operaron de ccsvi, la mejoría se ha acelerado. Ahora hago sin pensar cosas que antes requerían una planificación, cosas sencillas que hacen mi vida más fácil casi sin que me dé cuenta, y que una vez hechas hacen que se ilumine una lucecita en mi cabeza: ¡antes no podía!

Por ejemplo, el otro día al salir de la ducha me puse una pierna del pantalón del pijama sin apoyarme en nada, sin sentarme, sólo levanté la pierna y la metí por el pantalón. Puede parecer una nimiedad.... pero llevaba años sin hacerlo.

La semana pasada también tuve que ir al supermercado. Eso sí que lo hago a menudo, claro (no me queda más remedio, viviendo sola), pero en general el carrito me servía casi casi de andador, y cuando llegaba a casa me había dado tal paliza que sólo colocar las cosas en el frigorífico era un esfuerzo enorme. Pues la semana pasada estuve recorriendo el supermercado con (relativa) soltura, no me cansé en absoluto, y al llegar a casa ordené la compra y puse una lavadora. Cuando me senté después caí en la cuenta de la cantidad de cosas que había hecho.

Son sólo dos ejemplos, pero hay muchos más: el gimnasio ha dejado de ser una mezcla de masoquismo y responsabilidad para pasar a ser una combinación de autosuperación y disfrute. Y que conste que sigo saliendo de él dando tumbos, pero antes había ocasiones en las que me tenía que sentar un buen rato antes de decidirme a caminar hasta el coche, que la mayoría de las veces está en la puerta. Oigo música y pienso en lo mucho que me apetece salir una noche por Madrid, creo que volvería a disfrutarla como hace años. Y veo una película del tirón, sin tener que pararla para salir al baño (o salir del cine en mitad de la película).

Así que no cabe duda, el balance es más que positivo. Y desde mi punto de vista tampoco hay duda de que la mayor parte de la mejoría se debe a la operación de ccsvi, aunque no le niego su parte de mérito al Tysabri. Pero como dice mi novio, ¿qué más da por qué sea? El caso es estar mejor.

domingo, 9 de enero de 2011

Cara y cruz

Este fin de semana, mi salud ha mostrado su cara y su cruz, sorprendiéndome una vez más con lo imprevisible que es esta enfermedad. El sábado me desperté cansada, el típico día que no apetece salir de la cama, pero con el añadido de esa fatiga ligada a la esclerosis múltiple que resulta tan difícil de explicar: el cuerpo pesa, me siento somnolienta, y cada paso es un triunfo. Por la mañana salí un momento a comprar unos regalos para un cumpleaños que tenía por la noche, y mi andar volvió a ser lento y pesado. Al llegar a casa me fundí con el sillón unos minutos antes de sentirme con fuerzas de ponerme a preparar algo de comer.

Por la noche, en el cumpleaños que unos amigos celebraban en su casa, lo pasé bien pero estuve sentada la mayor parte del tiempo. Y de los tres pisos sin ascensor, mejor no hablar (aunque los subí, volví a sentir como si mis piernas pesaran una tonelada cada una).

Llegó a pasárseme por la cabeza si la mayor fuerza y resistencia tras la operación no habrían sido un espejismo, aunque tampoco le dí muchas vueltas: todos estos años con escerosis múltiple me han enseñado a no dar nada por sentado... y tampoco nada por perdido.

Hoy domingo el día me ha demostrado que esa es la filosofía correcta. He dormido fenomenal y me he levantado con ganas de ordenar y organizar toda la casa. Y en eso estoy: he revisado cajones, he limpiado el polvo y el baño, he tirado papeles, he organizado ropa... y ahora disfruto el resultado en una pausa que no tiene más objetivo que escribir en el blog. Habando claro: no he necesitado dejar de hacer cosas y parar, exhausta. Y ahora pienso seguir un ratito más.

Así que, como decía, este fin de semana ha vuelto a recordarme lo que se disfruta cuando no hay que buscar la energía dentro, muy dentro, haciendo un enorme esfuerzo para olvidar la fatiga. El sábado me recordó cómo eran la mayoría de los días antes de mi operación de ccsvi. Ahora, casi un mes después de que la sangre vuelva a salir sin problemas del cerebro, creo que el patrón se ha invertido: los días "buenos" son aplastante mayoría, lo que hace que vuelva a quejarme de los menos buenos, en lugar de aceptarlos sin más. ¡Qué mala señal cuando algo malo no hace que nos alarmemos, porque ya estamos acostumbrados a ello! Yo, afortunadamente, vuelvo a alarmarme por no poder hacer algo, en lugar de encontrarlo normal.

miércoles, 5 de enero de 2011

Compras navideñas 0 - Mitra 1

Parece que mi historia con la ccsvi se va a construir a base de pequeñas conquistas. Esta semana os iré contando algunas de ellas, victorias que cuesta reconocer pero que, indudablemente, antes de la operación hubieran sido complicadas.

Sin embargo, la primera victoria fue fácil de identificar, no sólo para mí sino también para mi hermano, que la semana pasada me acompañó a un enorme centro comercial de Madrid para hacer algunas compras navideñas. No había comprado ningún regalo todavía, en parte porque me habían operado poco antes, y en parte porque ir de compras me parece siempre muy cansado: parar, andar despacio, volver a parar, esquivar a la cantidad de gente que suele haber en las tiendas...

Pero se acercaban las fechas de Navidad y me apetecía tener unos regalitos para mi familia y mi novio. Algunas cosas las iba a comprar con mi hermano, así que se ofreció a llevarme a este centro comercial, enorme pero con la ventaja de tener muchas tiendas juntas y con párking, lo suficientemente fuera de Madrid como para no estar a tope. Cogí mi muleta y me lancé "a la aventura".

Bingo. Pudimos aparcar cerquita de la entrada, y como ya había pensado qué quería para cada uno, me dirigí directamente a las tiendas que me interesaban. En el momento lo hice tdo con naturalidad, claro que estaban un poco lejos unas de otras, pero disfruté la mañana de compras como hacía mucho que no podía hacerlo. Me dejé llevar, entré en tiendas que no estaban "previstas", y cuando nos quisimos dar cuenta, porque el hambre nos aconsejó buscar un sitio para comer, vimos que llevábamos ¡más de cuatro horas dando vueltas de tienda en tienda!.

Yo lo pensé, pero no le quise poner palabras. Pero mi hermano sí lo hizo: "hacía tiempo que no te veía tan bien, hace poco no hubieras aguantado esto".

Así que, primera gran victoria. Menos de un mes después de la operación, algo está cambiando, aunque sea despacito.